Dicen por ahí que desbordo elocuencia transmitiendo sentimientos por personas ausentes y desconocidas.
Un aire de ímpetu recorre cada extremidad de mi cuerpo, soñando con los ojos abiertos una mano junto a la mía.
Exagerando en la búsqueda del punto medio entre el exceso y el defecto, cometo errores que pago con sudor y lagrimas.
Vivo cuotizando mi vida en fracciones minusiosas, con deseo de ser ese uno en un millón, destacarme entre lo normal, resaltando en la especialidad.
Oí por ahí, que me dijeron belleza, más bien eso es la sencillez con que uno se da a conocer, no crear falsas expectativas, ser lo que soy, no pedir más que la complejidad, porque de eso se trata la belleza, ser uno mismo, ser esencia pura.
Algunos me llaman ternura, otros amabilidad, prefiero decir inmadura ante la imposición de palabras dulces y seductoras.
No se trata de ganar, sino de llegar a la meta a su debido tiempo sin omisiones y adelantos; disfrutar de cada paso, sin arrepentirse de todo lo bueno o lo malo; ni
No importa si uno es poco o mucho, algo o alguien, sino saber dar la mano a quien lo necesita; dejar de lado el egoísmo ineficaz, y ser feliz a través de los ojos ajenos.-
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