Aun recuerdo con dolor, muy a mi pesar, cada palabra que me sedujo dulcemente hasta que aprendí a convivir con la mentira, por el simple hecho de "sentirme que soy importante para alguien", el sentirme hermosa, "querida"; pero no eran nada mas que meros engaños que te hacían ver la vida color de rosas.
Por momentos me sentía todo una princesa (acostumbrada al desprecio social), esas frases hicieron de tu boca mi mundo. Pero por otro lado no bastaba cada promesa soñadora si no hay un sentimiento, una acción que lo secunde.
Las mujeres vivimos atormentadas por alcanzar la belleza en su más grande plenitud, dejado de lado no solo amistades, sino también nuestra salud, nuestra dignidad.
La mayoría queremos ser así de perfectas porque es lo que llama la atención del hombre, dicen que no es así, que ven mas allá de lo físico, pero aun así se dan vuelta a mirar a una mujer que exteriormente es mucho mas llamativas que una misma.
Durante esta búsqueda implacable nos cruzamos con diferentes clases de hombres, hasta que nos topamos con el "don juan", el "chamuyero", "el romántico", que con tan solo dos oraciones caemos rendidas a sus pies, y dejamos de lado es camino utópico.
Lo triste no es creerse las palabras, sino dejarse timar por aquel hombre haciendo cosas imposibles para estar con el; soportando penurias-malos tratos- dolores- insultos, pero todo encubierto en la típica frase de :" si lo hice es porque te quiero", y con eso se supone que debemos dejarnos ser unos ratones de laboratorios por un mejor por venir; pero la realidad es que hay días en que nos creemos tan insignificantes que no vamos a poder salir de ese calvario y poder hallar al verdadero HOMBRE, que en vez de mirarnos a los pechos, nos mire a los ojos; que en vez de tocarnos el culo, nos de la mano.
Muchos de ellos critican a chicas que son provocativas, putas, gatos, pónganles en nombre que quieran; pero es ese (si bien no es el mas indicado) es un modo de llamar la atención, que al parecer si bien tiene sus controversias como cualquier otra acción, se sienten queridas, admiradas; y eso es lo que pasa cuando una mujer intenta disfrazarse de afrodita, deja de lado su dignidad, por un poco de interés.
El problema es que una vez que una puede salir de ese circulo enfermizo, pueda volver a depositar en un hombre toda su confianza, porque desgraciadamente hay personas que indirectamente se buscan varones entendientes a ser lo mismo que el anterior; eso no se llama estupidez corazón, se llama costumbre.
Estar acostumbrada al llanto, abrazando el dolor, suplicando un poco de amor.
Desgraciadamente no podemos leer mentes ni adivinar si realmente nos engrupen, nos mienten; es tan solo recoger nuevamente las cartas y barajarlas una y otra vez, hasta que demos con el indicado.-
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